A los 18 años, William llegó a Trujillo, Perú, en busca de mejoras para su familia. Durante 14 años estuvo trabajando en una fábrica de zapatos de la ciudad, hasta que decidió abrir su propio negocio. Con un ahorro de 1400 soles compró una máquina de perfilado y recibió ayuda de la iglesia evangélica a la que asistía, quienes lo apoyaron con el material como cuero y otros.
Así empezó todo; William recorría los mercados de Trujillo ofreciendo sus zapatos; también realizaba envíos a algunas provincias del sur. Hasta que el 2009 conoció a Patrick Woodyard, un joven estadounidense que se interesó por los zapatos y llevó unas muestras a su país. Para sorpresa de William, Woodyard regresó a Perú para consolidar una alianza comercial.
El año pasado, los peruanos no lo podían creer cuando la actriz Emma Watson compartió una foto en las que usaba unos zapatos de la marca Nisolo.
Comentarios