El hacker Kevin Mitnick, que trajo de cabeza a las autoridades estadounidenses en la década de los 90, falleció según el New York Times el pasado domingo a los 59 años, a consecuencia de un cáncer de páncreas. En su momento, estuvo en la lista de los ciberdelincuentes más peligrosos de Estados Unidos y fue considerado el hacker más buscado del país. Todo cambió tras su paso por prisión, cuando se convirtió en consultor de seguridad, además de dedicarse a dar charlas y escribir artículos y libros sobre su experiencia.
Fundador de la empresa de ciberseguridad KnowBe4, Mitnick fue diagnosticado hace poco más de un año, y desde entonces recibía tratamiento en el Centro médico de la Universidad de Pittsburgh. Le faltaba poco tiempo para ser padre por primera vez.
Kevin Mitnick fue detenido por el FBI en 1995 y acusado de uso ilegal de un dispositivo de acceso telefónico, así como de fraude por ordenador. Al parecer, tuvo acceso a diversos secretos empresariales que tenían un valor de varios millones de dólares.
Su fama se debe a los delitos que cometió en la primera mitad de los 90, que incluyeron el robo de miles de archivos de datos y números de tarjetas de crédito de ordenadores distribuidos por todo Estados Unidos. Además, usó sus conocimientos para acceder a las redes de telefonía estatales, así como a todo tipo de sistemas informáticos de empresas, universidades y organismos oficiales.
Sus seguidores se contaban por miles, y una vez detenido no dudaron en manifestarle su apoyo a través de diversas acciones. Una de las más sonadas tuvo lugar en 1998, cuando Mitnick estaba detenido a la espera de juicio. Entonces un grupo de hackers atacó la web del New York Times durante varias horas como muestra de apoyo, ocasionando el cierre de la web.
En 1999 Mitnick se declaró culpable de fraude con tarjetas y ordenadores como parte de un acuerdo y fue sentenciado a 46 meses de prisión. También se le prohibió utilizar un ordenador o un teléfono móvil sin el permiso de su supervisor de libertad condicionar durante los tres años siguientes a su puesta en libertad.
En 2011 escribió sus memorias, en las que se definía como un chico solitario que aprendía cosas para hacer magia con ellas. A los 12 años ya sabía como viajar en bus sin pagar utilizando una tarjeta de 15 dólares y billetes en blanco sacados de la basura. ya en el instituto se obsesionó con el funcionamiento interno de los circuitos y redes de las empresas de telefonía.
Cuando tenía 17 años ya entraba en distintos sistemas informáticos de empresas, y tuvo sus primeros encontronazos con la policía por ello. Fue el principio de una época marcada por la persecución de los cuerpos de seguridad de Estados Unidos, que duró varias décadas.
En sus memorias, Mitnick manifestó su desacuerdo con varios de los cargos que se le imputaron, incluyendo el hackeo de sistemas informáticos del gobierno. También alegó que nunca hizo caso de los números de tarjetas de crédito que consiguió durante sus actividades, además de señalar que para él bastaba con derrotar a su adversario, sin necesidad de desvalijarle o secuestrar sus datos y archivos.
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