Una de las conductas más recurrentes para las personas es la procrastinación, la cual se basa en aplazar la realización de algunas tareas que tengan como requisito un mínimo de tiempo, esfuerzo y concentración. Científicamente está comprobado que evitar el desarrollo de actividades o tareas pendientes, genera altos niveles de estrés en el cuerpo y libera sustancias por medio de las hormonas del cortisol y la adrenalina.
“Procrastinar genera ciertas respuestas del organismo, las cuales lo hacen entrar en un estado de alerta. Tal vez es por eso que hay personas que dicen que trabajan mejor bajo presión, pero lo que ignoran es que estos niveles de estrés tan recurrentes generan enfermedades”, asegura Viviana Carolina Zapateiro, profesional en psicología adscrita a Colsanitas.
Zapateiro comenta que, actualmente nos encontramos en un entorno en donde cada vez todo es más automatizable, rápido e instantáneo. Eso mismo hace el cerebro, agiliza los procesos para desarrollar las tareas de una manera funcional y ágil. Cuando las personas se enfrentan a situaciones complejas o tareas que reconoce le van a tomar mucho tiempo, el cerebro reacciona de modo evitativo, por eso percibe este tipo de actividades como aburridas y difíciles.
Para la profesional en psicología, existen 6 acciones relevantes que se deben frenar si se quiere evitar la procrastinación.
Las distracciones: esta acción es la que más aleja a las personas de cumplir ciertas tareas. Conocida como una saturación cognitiva, la procrastinación lleva a las personas a preferir estar pendientes de las redes sociales o de actividades que no tienen relevancia, en vez de hacer los deberes. Por ello, es importante saber administrar el tiempo y mantener un espacio libre y tranquilo que impulse a trabajar en los proyectos; repentinamente, se deben hacer pausas activas para no estar en una misma posición durante mucho tiempo y evitar aburrirse de los deberes.
El fracaso: algunos pensamientos pueden predisponer o atrasar el proceso de las actividades, ya que el cerebro genera una sensación de dificultad. Estos pensamientos negativos están directamente relacionados con el aplazamiento de los deberes, porque el cerebro se siente en peligro debido a la dificultad. Confíe en su talento, mentalícese las victorias que puede tener. También, puede optar por buscar ayuda psicológica para que pueda moldear los pensamientos, fortalecer la autoestima y la seguridad para enfrentar los retos de manera más positiva.
Organice las tareas: la clave para que un día rinda y no se olvide de ninguna tarea es la organización. Es importante que las actividades estén divididas en partes que requieran esfuerzo y tiempo. No olvide aclarar las fechas de entrega y, durante estas acciones, haga espacio para las pausas activas.
Mejore sus hábitos: una forma de entrenar el cerebro se basa en los buenos hábitos. Cree retos físicos y mentales con actividades de ocio para lograr estos objetivos, de esta forma evitará la rigidez cognitiva y mejorará la creatividad.
Trabaje en equipo: apoyarse en un equipo de trabajo ayuda a tener más herramientas y, muchas veces, a realizar mejor las tareas. Adicionalmente trabajará en las relaciones interpersonales, en la autoconfianza y, muchas veces, fortalecerá sus capacidades de liderazgo.
Cree nuevas motivaciones: el desarrollo de algunas tareas puede convertirse en algo tedioso si así se desea. Si le cuesta realizar algunas tareas cotidianas le gustará obtener alguna recompensa cada vez que las adelante o las realice. Este método mantendrá sus ganas de finalizar un proyecto, mejorará sus hábitos y lo hará más disciplinado a largo plazo.
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