Este fin de semana, Roger Federer fue el invitado de honor de la Universidad estadounidense de Dartmouth y tuvo la responsabilidad de hablar ante los egresados en un discurso que se viralizó en las últimas horas. El ex tenista, considerado por varios expertos como el mejor de todos los tiempos, aprovechó para dar tres consejos de vida.
“Es la segunda vez que pongo un pie en un campo universitario. Por alguna razón ustedes están dándome un doctorado, vine aquí para dar un discurso y volveré a casa como ‘Doctor Roger’, es un bonus muy bonito. Doctor Roger es la victoria más inesperada de mi vida”, bromeó el suizo de 42 años que mantuvo ese tono alegre durante gran parte de su presentación.
“Estoy un poco fuera de mi zona de confort, este no es mi territorio usual y esta no es mi ropa. ¿Ustedes se visten así todos los días en Dartmouth?”, soltó para despertar risas entre los presentes. “No soy una persona que suela dar discursos así, posiblemente sea el peor, pero un discurso importante fue cuando arranqué en la Selección de Suiza. Tenía 17 años y estaba tan nervioso que solo pude decir cuatro palabras: ‘Feliz de estar aquí‘”.
En este sentido, Federer explicó que tras su retiro en 2022 ha explorado una nueva vida en la que dedica mucho más tiempo a su rol de padre y esposo. Fue así que dejo en claro que ahora los egresados atravesarán un nuevo rol, ya no como estudiantes, sino como dueños de su futuro. Es por eso que decidió darles tres consejos que él llevó adelante en su carrera.
“Es un mito que no hay esfuerzo”, sostuvo Roger como premisa principal de su discurso al recordar que durante mucho tiempo a él se lo señalaba por ser un tenista al que todo le salía de manera “natural”, como si no existiese un trabajo detrás de su estilo.
“Se los digo como alguien que ha escuchado mucho esa palabra. La gente decía que mi juego no requería esfuerzo. La mayoría de las veces lo decían como un cumplido, pero me frustraba que dijeran ‘apenas transpira’ o ‘¿al menos lo está intentando?’. La verdad es que tuve que trabajar muy duro para que se viera sencillo“, remarcó.
Federer hizo hincapié en el trabajo duro que llevó adelante durante años para llegar a ser el mejor del mundo porque nada se logra sin esfuerzo. “Hay días en donde te sientes roto, te duele la espalda, las rodillas, te sientes algo enfermo o asustado, pero encuentras la manera de ganar y esas son las victorias que más te ponen orgulloso porque demuestran que no solo puedes ganar en tu mejor momento, sino también en los peores“, sostuvo.
En este sentido, agregó: “El talento importa, pero la mayoría del tiempo no es por tener un don sino por tener valor. La disciplina también es un talento y también la paciencia. Confiar en uno mismo y amar el proceso es un talento. Alguna gente nace con eso, pero todos deben trabajarlo”.
La segunda lección fue tal vez la más curiosa por haberla titulado como: “Es solo un punto”. Para explicarla mejor, utilizó un dato sorprendente de su carrera: ganó el 80% de sus partidos, pero apenas el 54% de los puntos que disputó.
Es decir, con esto reveló que la diferencia entre un Top10 y el resto es mínima en cuanto a puntos: “El tenis es brutal, todos los torneos terminan de la misma manera: un jugador gana el trofeo y el resto se va en avión mirando por la ventana pensando en cómo diablos falló ese punto. Puedes trabajar mas duro que nunca y aun así perder“.
Fue así que dejó en claro que lo fundamental es dar todo en cada punto, pero apenas éste termina enfocarse en el siguiente y así sucesivamente: “Cuando estás jugando un punto, debe ser lo más importante del mundo. Pero cuando éste quedó atrás, quedó atrás. El aspecto mental es crucial, porque te libera para poder concentrarte en el próximo punto y el siguiente después de este con intensidad, claridad y foco. Lo cierto es que cualquiera sea el partido que juegues en la vida, a veces vas a perder, es una montaña rusa con altos y bajos y es normal sentirte mal con vos mismo y lo mismo para tus rivales, nunca olviden eso. Pero la energía negativa es energía perdida”.
Justamente por eso sostuvo que la diferencia entre los grandes tenistas y los mediocres es que unos han aprendido a sobrellevar la pérdida de puntos y a lidiar con ella, incluso con las derrotas en general. “Los mejores del mundo no lo son por ganar puntos, sino porque saben que perderán una y otra vez”.
Por último, Federer dedicó una tercera lección al disfrute: “La vida es más grande que la cancha”.
“La cancha de tenis es un lugar pequeño, no mucho mas grandes que un par de cuartos de una universidad. Pero el mundo es mucho mas grande. El tenis podría mostrarme el mundo, pero el tenis no era el mundo“, señaló visiblemente emocionado.
En este punto, dejó en claro que cuando llegó a ser Top5 nunca dejó de disfrutar de la vida fuera del circuito ATP y por eso en cada viaje por torneo buscaba la manera de ganarse un espacio para conocer culturas, estar con sus amigos y su familia, siempre recordando sus raíces y sin olvidar de dónde venía.
En resumen, las lecciones que Federer les dio a los egresados fueron que sin esfuerzo no hay éxito, que hay que dejar todo en cada proyecto, pero no frustrarse si se fracasa y siempre dejarse espacio para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
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