Los buenos hábitos forman conductas que ordenan los procesos rutinarios y contribuyen a la estabilidad, el bienestar, aligerando la forma en que percibimos el trabajo, nos relacionamos con nuestros colaboradores y enfocamos nuestras energías. Algunos cambios simples como estos pueden ayudarte.
El checklist para mañana. Termina tu día con notas y recordatorios de lo que no puedes perderte mañana, calcula tus tiempos, organiza tus tareas, dales prioridad, grábate, escríbete, exígete, repasa tus logros, motívate y date consejos a ti mismo. Resalta tus logros del día, incluye lo que te falto o que pudo salir mejor. Impulsa a otros de la misma forma, comparte una agenda de equipo, una más de proyectos, otra personal y una familiar, alinea, organiza y distribuye tus interacciones y socializaciones. No olvides el paseo del perro, el workout y las chelas, pero cumple, disciplínate, dale orden hoy a lo que puedes hacer mañana.
Aprende a descartar y prioriza. Que haya palabras diferentes para describir lo imprescindible, lo urgente, lo valioso, lo necesario y algo que no me importa es por algo; así como calificas tus contactos, comentarios y tu música; clasifica tus actividades, descarta, aprende a decir no, recuerda estas administrando tu tiempo. Autoimponte y cumple los términos, condiciones y plazos; no busques excusas y elimina distractores.
Enfócate y desconéctate. Encuentra tu switch y regúlalo, contrólalo, dale ritmo. Al 100% en todo, si se trata de trabajo al máximo, si se trata de relajarse lo mismo. La cuestión es el balance, la oportunidad y saber distinguir donde termina uno y comienza el otro. Cuando te vas de antro nunca es un problema si te amaneces, unas horas más de chamba tampoco si cambias el enfoque, si te aplicas, si te la rifas en serio. Las rutinas se pueden volver divertidas o menos complicadas si le pones entusiasmo, un poco de música acorde, un buen ambiente, un trato cordial. Tampoco es buena idea ponerte a revisar la contabilidad en la barra y discutir el pago de impuestos entre botellas.
Descansos y entrenamiento. De acuerdo con las investigaciones disponibles en el tema, los seres humanos pueden mantenerse enfocados un máximo 90 minutos en promedio. Después de eso necesitas un break para recuperarte, esto no quiere decir que dejes de trabajar, sino que puedes romper la escena para checar tus cosas personales, relajarte, charlar, intercambiar ideas, buscar otro enfoque, darle tiempo a tu mente para que detone su creatividad, sacudirte el polvo, hidratarte, ajustar la postura, un masaje, ejercicio, distensión, el propósito es solo recargar la batería para regresar al trabajo con nueva y más vital energía. Organiza tu tiempo para la siesta y la fiesta, pero también para la dieta y el ejercicio, la meditación, el aprendizaje, la actualización, arte, cultura, recreación, idiomas, nuevas habilidades, nunca dejes de aprender, de hacerte más influyente, fortalecer tu red de contactos, ampliar mercados. Unas horas sin redes sociales también ayudan, dale privacidad, ponle atención y disfruta de tiempo de calidad con tu pareja, la familia, los amigos y tus mascotas.
Gerencia tus juntas de trabajo. No hagas una reunión sin un plan, preparación, agenda y propósito definidos, usa el método 8 w; porque (área, negocio, unidad, tema central); para que (problemas a resolver, decisiones a tomar, resultados) que (contenidos, argumentos, datos); cuando (fecha, hora, no te olvides de las diferencias horarias); donde (sede, chat, plataforma); quien (debe asistir); cuanto (costos); como (logística).
Cuida tus percepciones ambientales. Selecciona el tipo de música, cuida el orden de tu automóvil y oficina, ajusta tus tiempos de traslados, parece banal pero no lo es, todos los estímulos que recibes detonan o afectan tus niveles de stress. Nuestros sentidos son canales de contacto con el medio ambiente, lo que vemos, oímos, sentimos, olemos, tocamos nos estimula positiva o negativamente.
Tu apariencia no debe afectar tu autoestima, porta con dignidad tu personalidad, mírate al espejo con orgullo, admiración y respeto nunca con soberbia, altanería o complejos así no puedes comenzar el día. Ordena tus archivos, tu lugar de trabajo debe ser una zona de confort y productividad; los colores, el ambiente, la saturación, el hacinamiento son factores negativos que debes eliminar o reducir al máximo.
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