¿Cuáles son las características de un mal líder?
Muchos profesionales sueñan con ascender en su carrera y llegar a una posición en la que puedan manejar su propio equipo. Para que esto suceda, es necesario evitar un mal liderazgo. Sin embargo, para convertirse en un líder exitoso, hay ciertas cualidades que se necesitan y otras que deben desarrollarse.
También debes controlar tu comportamiento y características de liderazgo, para asegurarte de no desarrollar malas cualidades de liderazgo con el tiempo. Sin embargo, no hay un solo estilo de liderazgo, por lo que es importante entender el tuyo.
¿Te ves como un líder definitivo, por ejemplo, que toma decisiones difíciles de manera rápida y segura?
¿O eres un líder colaborativo, que evita decirle a los demás qué hacer, y en su lugar tratas de ayudar a las personas a encontrar su propio camino? ¿Cuáles son los errores de un líder?
Alternativamente, podrías ser un líder persuasivo, que inspira a los empleados a lograr más de lo que creían que eran capaces y siempre se te ocurren ideas creativas. ¿O quizás eres un líder de diagnóstico, que permanece estable, piensa sistemáticamente y tiene buen ojo para los detalles?
Independientemente del estilo de liderazgo que tengas, asegúrate de poseer las habilidades necesarias y evita la “brecha de percepción”. De acuerdo con el Estudio Australiano de Liderazgo, los empleados vieron a sus gerentes como menos efectivos de lo que los gerentes se percibían a sí mismos en realidad.
Sin embargo, la mejor manera de ser un gran líder es saber cómo evitar malos errores de liderazgo. Al ser consciente de las trampas, será más probable que reconozcas estos malos hábitos y ajustes tu estilo de liderazgo en consecuencia. Aquí hay 10 errores de liderazgo que debes tener en cuenta:
Microgestión de los empleados
Si no les das a los empleados algún espacio de toma de decisiones y autonomía, pueden comenzar a buscar trabajo en otro lugar. También es probable que te quemes al tratar de controlar a cada miembro del equipo y dictar sus acciones. Como líder, debes tener confianza en que tu equipo ejecutará sus tareas de forma independiente, y estar ahí para ofrecer orientación cuando sea necesario.
Ser un sabelotodo
Si supones que tienes todas las respuestas y siempre tienes la razón, puede ser muy difícil trabajar contigo. También le resultará difícil ganarse el respeto y la confianza de tus empleados. En vez de ello, mantente abierto a sugerencias y, cuando sea posible, adopta un enfoque de toma de decisiones en colaboración. Incluso puedes descubrir que, después de un tiempo, la motivación de los empleados mejorará cuando escuchas lo que tienen para ofrecer.
Esconderte en la oficina
Ser una figura decorativa distante, sentándote en tu oficina detrás de una puerta cerrada es, sin duda, un pésimo error de liderazgo. Los mejores líderes no sólo son visibles en la oficina, sino que se relacionan con los empleados y se involucran activamente.
Ser demasiado amable
Si bien es importante relacionarse con los empleados, no seas demasiado amistoso. Se necesita un cierto grado de distancia y profesionalismo para retener tu autoridad y liderar tu equipo de manera efectiva.
Exigir resultados “perfectos” Los resultados positivos y las buenas prácticas deben fomentarse mediante la capacitación del personal, su apoyo y el refuerzo de los comportamientos deseados. Es posible que también debas hacer críticas constructivas a los empleados con bajo rendimiento, mientras te mantienes sensible y empático. Sin embargo, es poco probable que los empleados respondan bien a la exigencia de un rendimiento perfecto.
Sentado en la cerca
En los negocios, debes poder tomar decisiones difíciles y ser responsable de los resultados. Si eres indeciso y no estás dispuesto a comprometerte con un curso de acción, se creará un vacío de liderazgo. Tu autoridad se verá socavada y tu equipo puede sentirse confundido acerca de cuáles son los próximos pasos.
Tomar crédito por el trabajo de otras personas
Si un empleado hace una contribución valiosa o se le ocurre una gran idea, lo último que quieren es descubrir que su jefe se ha llevado todo el crédito. Este mal liderazgo aplastará la moral y erradicará la confianza con el empleado y su equipo. Un buen líder otorga crédito a sus empleados cuando lo merecen y fomenta el estímulo para ideas innovadoras.
Reclutar gente corriente
Si vas a impulsar tu organización, es importante evitar cometer errores comunes de contratación. Como líder, se espera que encuentres personas excepcionales que estén preparadas para trabajar arduamente y aspirar a obtener resultados fantásticos. Elegir personas de nivel medio normalmente te dará resultados de nivel medio. Si el personal nuevo no da el tono o comete errores constantemente, también corres el riesgo de desmotivar a tu personal actual. Por lo tanto, coloca la vara alta al reclutar.
Descuidar tu propio desarrollo
Dejar de lado el desarrollo de tu propia carrera es un mal error de liderazgo que comúnmente se pasa por alto. No mejorar tus habilidades de liderazgo y tus competencias puede ponerte en una posición vulnerable. Para ser un líder innovador, debes ser alguien que entienda el sector y desempeña un papel mejor que las personas que trabajan para usted. Por lo tanto, mantén tus habilidades y experiencias actualizadas con la ayuda de capacitación, entrenamiento y un mentor.
Ser inflexible
Un error que muchos líderes cometen es la incapacidad de adaptarse y cambiar. Los mejores líderes deben ajustar su estilo de liderazgo para adaptarse a las necesidades y personalidades de sus equipos y al escenario en el que operan.
El mal liderazgo puede ofrecer lecciones para aprender
Ser un buen líder será un buen ejemplo para que tus empleados lo sigan. Tu liderazgo también moldeará la actitud de los empleados para trabajar y jugará un papel importante en sus relaciones laborales. Ningún líder quiere ser considerado como un mal jefe.
Pero convertirse en un gran líder lleva tiempo. La mayoría de los líderes cometen algunos de estos diez errores en el camino, pero aquellos que aprenden y crecen, darán un paso adelante en su carrera.
Tomado del blog Robert Half Talent Solutions.
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