Howard Schultz es el presidente actual de la gran compañía de café Starbucks. Ahora tiene una fortuna de 2,5 billones (con “b”, no te confundas con millones) de dólares.
¿Y sabes qué? Este hombre llegó a vender su sangre para conseguir dinero.
Cuando era pequeño, vivía en Nueva York junto a sus padres y hermanos en un edificio protegido por el gobierno para personas que no podían siquiera pagar un pequeño alquiler.
En los deportes, vio una salida de escape a su pobreza y empezó a practicar fútbol y béisbol, y gracias a ello consiguió una beca deportiva convirtiéndose en la primera persona de su familia en ir a la universidad.
Pero allí pronto se dio cuenta de que no era tan buen jugador como pensaba: dejó el deporte y la beca le fue retirada también.
Ya no tenía dinero para pagar su carrera, pero sabía que quería llegar a ser alguien.
Así que para pagar la escuela pidió préstamos, trabajó como camarero donde le pagaban una miseria, y como no era suficiente, recurrió incluso a vender su sangre a cambio de dinero.
Gracias a todos estos esfuerzos terminó sus estudios, y así es como llegó a Starbucks, primero trabajando en puestos más bajos, hasta que poco a poco ascendió a su actual posición de presidente ejecutivo de la compañía de cafeterías más grande del mundo.
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