Dariana Rodríguez es doctora en Biotecnología por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Proviene de una saga de ingenieros que le inculcaron la importancia de ofrecer soluciones a problemas reales. Así, cuando una empresa productora de aguacates le preguntó por qué sus pipas tardan tanto en degradarse, Rodríguez puso su ingenio en marcha y descubrió que este residuo industrial podía convertirse en un agente antimicrobiano.
México es el mayor productor de aguacates del mundo con una producción superior al millón de toneladas anuales. Una industria de este tamaño genera una importante concentración de residuos que necesitan una salida económica viable, sostenible y que contribuya positivamente a la sociedad mejicana. La solución que plantea Rodríguez es usar unos derivados de los ácidos grasos, las acetogeninas, que solo se encuentran en el fruto del aguacate, como aditivos antibacterianos.
Las moléculas de acetogenina tienen una alta especificidad contra bacterias gram positivas, como la Staphylococcus aureus, causante de intoxicaciones alimentarias y graves afecciones como la endocarditis. Gracias a un tratamiento adecuado, la investigación ha generado varias patentes para usarlas como inhibidor bacteriano en productos alimenticios, productos de limpieza de superficies industriales y en áreas quirúrgicas. En hospitales puede usarse contra las bacterias presentes en ropa, camillas e instrumental médico.
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