Las personas con parálisis motrices han ganado mucha autonomía gracias al desarrollo de interfaces cerebro-máquina (BMI, por sus siglas en inglés). Estos aparatos les permiten hacer tareas sencillas, como encender la luz y conectar la calefacción de las estancias en las que viven, cosas que antes les resultaban imposibles. Pero controlar dispositivos con la mente puede resultar agotador, así que para reducir esa fatiga, el investigador en Neurociencia Cognitiva aplicada a la robótica Christian Peñaloza, ha desarrollado un módulo de BMI que aprende a reconocer las órdenes del individuo mediante inteligencia artificial.
Gracias a la inteligencia de la máquina, el sistema puede aprender a adelantarse a las necesidades del usuario, sin que tenga que hacer el esfuerzo de pensarlas de nuevo. Esta capacidad "puede evitar el rechazo de algunos pacientes a estos sistemas por el cansancio que provoca", afirma su creador.
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