No ha sentado bien la vuelta de Richard Stallman a la Free Software Foundation (FSF). El fundador y hasta hace dos años presidente de la FSF, se vio obligado a dimitir de la misma por unas opiniones vertidas en Internet y en las que, supuestamente, habría puesto en duda casos de abusos a menores relacionados con Jeffrey Epstein.
El pasado día 22 sin embargo, volvió a sorprender explicando que había decidido volver a la organización, admitiendo en ese momento que tal vez no todos comprenderían su decisión. Aseguraba en este sentido lo siguiente: «Tengo que hacer un anuncio. Vuelvo a formar parte de la Junta Directiva de la Free Software Foundation. Estábamos trabajando en un vídeo para anunciarlo, pero resultó difícil, no teníamos experiencia en ese tipo de cosas, así que no se terminó, pero aquí está el anuncio. Algunos se alegrarán y otros se decepcionarán, pero ¿quién sabe? En cualquier caso, así son las cosas, y no pienso dimitir por segunda vez».
Lo cierto es que no han sido demasiados los que se han alegrado por su vuelta. Algunas instituciones que se engloban dentro de la FSF, como la Open Source Initiative, de hecho han censurado esta decisión claramente, comunicando en este sentido que Stallman no debería volver a ocupar nunca más una posición de liderazgo en la comunidad del software Open Source. En un comunicado hecho público esta semana afirman lo siguiente: «La Open Source Initiative hace un llamamiento a la FSF para que haga responsable a Stallman de su comportamiento pasado, lo aparte de la dirección de la organización y trabaje para solucionar el daño que ha causado a todos los que ha excluido: a los que considera menos dignos y a los que ha herido con sus palabras y acciones».
Al mismo tiempo, los miembros de esta organización han declarado que no participarán en ninguno de los futuros eventos en los que Stallman pudiera estar presente. Y no son los únicos. Organizaciones como Mozilla, Tor Project, X.org Foundation, representantes destacados de proyectos como Debian, GNOME y centenares de personas de manera independiente, han firmado una carta abierta en la que se pide la renuncia de la Junta Directiva de la FSF en pleno, así como la renuncia de Richard Stallman del proyecto GNU, donde todavía se mantiene al frente.
La polémica con Richard Stallman no se limita sin embargo a sus declaraciones relativas al caso Epstein, sino que también son muchas las voces que, a partir del desarrollo del movimiento «MeToo», le han acusado de crear un entorno de trabajo hostil para las mujeres.
Así, fundaciones como «The Organization for Ethical Source», que tienen como objetivo aplicar un enfoque ético en el desarrollo de software, apuntan a que «ha llegado el momento de acabar con el apoyo a los hombres en posiciones de poder y autoridad que tienen un historial de maltrato a las mujeres y de hacerlas sentir incómodas. Sus contribuciones a las ideas de código abierto no son una excusa para décadas de forzar la atención no deseada sobre las mujeres jóvenes a su alrededor. Nadie puede medir el impacto de todas las mujeres a las que ha echado de la contribución a la informática debido a sus acciones a lo largo de los años».
Este tsunami de reacciones adversas, no ha provocado hasta el momento ninguna declaración oficial de la FSF, que de momento se mantiene en una posición desde luego incómoda: la de mantenerse firme en su decisión de readmitir a Stallman, mientras capea el temporal.
Si la tormenta continua arreciando en los próximos días, llegará un momento en el que la posición de Stallman pueda ser insostenible…y tal vez, tenga que volver a presentar su dimisión de nuevo.
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